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Lo que tu equipo no te está diciendo de tu rol como "jefa"

Jefa

f. Superior o cabeza de una corporación, partido u oficio.


La palabra “jefa” siempre me ha chocado cuando se refieren a mí de esa manera porque por alguna razón tiene un cierto aire negativo. Mis jefas anteriores son un cóctel de todo lo que se puede encontrar, desde la educadora empedernida, la empática pero exigente, la que está en constante negatividad, la mega optimista, la que todo debe hacerlo y nadie más, hasta la que no le importa mucho lo que hace... de cada uno de mis jefes he aprendido bastante, inclusive en algunos la forma en las que no debo actuar o pensar. Pero no es hasta este momento en el que me pongo a pensar qué tipo de jefa he sido yo.


Liderar un equipo, delegar y guiarlos hacia la meta es algo que de manera muy natural me sale. Tengo un sentido genuino de enseñar y procurar que quien me acompañe aprenda de todo lo que ve, hace y siente. No obstante, escuchando el episodio de The Michelle Obama Podcast junto a su mentora Valerie Jarrett me cuestiono lo que realmente enseño a través de mi ejemplo. No solo es instruir el cómo hacer algo o guiar al equipo por un camino. Más bien, es pensar en:


¿Cómo se percibe el trabajo que desempeño por mi misma y qué dice eso de mí a mi equipo? ¿qué dice eso de la importancia del trabajo? ¿qué significan en un panorama más amplio cada uno de mis pasos y decisiones?


Y aquí es donde entra una palabrita interesante: WORKAHOLIC.


El ser denominada como workaholic (adicta al trabajo) no me abre los ojos hasta este momento. A ver, no es que esté en el extremo más literal de la palabra… pero sí me paso a veces :P

Por un lado, siempre he sido la que sale de último de la oficina, la que entrega hasta lo que no tiene, la que incansablemente fabrica lo que no existe para que las cosas se hagan con excelencia. Por otro, ser mentora significa ser fuente de inspiración, guía y ejemplo para quienes deciden tomarme como tal.


Sin embargo me pregunto: ¿cuál es el mensaje que llevo todos los días a mis mentees siendo llamada “workaholic”? ¿El hecho de que hay que salir de último de la oficina para tener éxito o que hay que sacrificarlo todo por el trabajo...? Si eso es lo que ha estado pasando pues por ahí no es que debe ir la cosa.


Desde mi posición me queda muy claro que cada quien vive momentos en la vida que determinan sus días. En mi caso, mi enfoque principal en los últimos años ha sido mi carrera y mi trabajo, por eso decido priorizarlo entendiendo que este es el momento de hacerlo. El vivir sola, no tener hijos o un esposo es la realidad que me permite hacerlo.


Ahora, tomando esto en cuenta, veo que tampoco puedo pretender ser ajena a cómo impacta mi ética de trabajo en personas que tengo cerca, que me toman como referencia de éxito (lo cual es MUY relativo y personal) y fuente de inspiración... que me consideran su mentora.


¿Cómo los impacta?

  • Si me ven saliendo 3 horas más tarde de la oficina, esto se interpreta como signo de alguien trabajador.

  • Si soy exigente y poco flexible con mis propios estándares de trabajo, se interpreta como una única forma de hacer las cosas y todos deben hacerlo de la misma manera.

  • Si critico constantemente mis propios resultados por más buenos que sean, envío un mensaje de que el esfuerzo nunca es suficiente.


A raíz de acciones como estas, lo que no te está diciendo tu equipo de tu rol como jefa es que:

  • Esperas que ellos se esfuercen al mismo nivel que tú siempre.

  • Observando cómo te comportas con el trabajo, que ellos tengan estándares igual de altos e inalcanzables.

  • Que no importa cuánto se esfuercen siempre habrá algo que pudo salir mejor.


No basta con saber que eres líder o la “jefa” si no eres consciente de lo que tu propio comportamiento dice del trabajo esperado a tu colaboradores. Y ojo, no significa que pongamos todo esto en contexto y que empujemos a nuestra gente a explotar su potencial. Pero, si prestamos más cuidado a lo que hacemos podemos evitar una falsa expectativa que puede traducirse en desmotivación y poca eficiencia.


Parte del equipo PBC durante el Demo Day AWE 2019


Considero que es demasiado importante hacerles entender que su trabajo es valioso por quienes ellos son, no por lo que se les espera que sean ni por los estándares de trabajo. Ajustarse a un puesto debe también traer consigo los requerimientos que tenemos como profesionales y no debe existir miedo alguno de comunicar nuestras condiciones.

Así como hoy soy líder de un equipo o para algunos la “jefa”, mañana puedo decidir asumir un puesto en la empresa que sea, y de la misma manera en que hoy como líder exijo a mis colaboradores, de esa misma manera mañana pondré mis condiciones para ser aceptada por el talento que tengo y el cómo elijo desempeñar un puesto de trabajo.


No tienes que salir 3 horas después de la oficina, no tienes que dejar de ir al recital de tu niña, no tienes que cancelar una cita porque se extendió una reunión. Tú pones tus prioridades y decides poner en frente el paquete completo: tus talentos y condiciones.


Y aquí viene lo importante: debemos trabajar como líderes en comunicar efectivamente este mensaje para fomentar un ambiente mucho más productivo, auténtico y transparente de trabajo.


Un líder no exige que se hagan las cosas a su manera ni espera que asumas por tu cuenta lo que se espera de ti: te lo comunica. Como líderes debemos comunicarnos no solo con palabras, sino con el ejemplo todos los días.

Hoy y siempre te pido que seas tú misma y pongas primero tu talento y tus condiciones porque son la razón por la que las relaciones, los proyectos y la empresa avanzan.


Yo tengo mi forma y tú la tuya y por eso brillamos juntas.


¿Qué crees?


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